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Asistencia informática
Gonzalo limpió la placa con un revés de su manga y leyó la inscripción semi borrada:
AS.I.ES
Assistancia informática española
Soportes técnicos por ingenieros
Hotline
A Gonzalo le había gustado el acrónimo: Así es. Había respondido a la oferta de trabajo en la que se pedían
teleoperadores. Lo de los ingenieros le asustó un poquito, no lo mencionaba el anuncio. Había trabajado
en una tienda de informática para almancenar los ordenadores que ni siquiera sacaba de las cajas de
embalaje. Pero ya que había venido...
Gonzalo subió al tercer piso Era su primer día, pero no sabía que era también su último.
Llamó a la puerta. Abrió un fulano que se parecía a Mortadelo.
- - Me han contratado de teleoperador.
- -Lo siento, Te presento a tus compañeros.
No entendió Gonzalo la respuesta de Mortadelo. ¿Qué le molestaba a este mamarracho? Pero no
le preguntó nada de sus conocimientos en informática, y Gonzalo no quería seguir en paro.
En el centro del cuarto oscuro y sucio estaban reagrupadas cuatro mesitas con un ordenador sobre cada
una de ellas. Solo quedaba un metro y medio entre las mesitas y las paredes. La primera mesita era
la de Mortadelo. Dos jóvenes desgarbados, cansados y taciturnos ocupaban las otras dos. La siguiente
sería la de Gonzalo. A todos se les habían roto la máquina de afeitar. Resignados como los que saben
que tienen que vender el coche para comprar gasolina, saludaron a Gonzalo con un movimiento desengañado
de cabeza. Volvieron a ponerse los auriculares para intentar apaciguar a los zopencos del día.
Mortadelo, el jefe, acompañó a Gonzalo hacia la cuarta mesita, le puso el casco con los auriculares y el
micrófono, encendió el ordenador y masculló entre dientes "buena suerte" antes de arrastrar sus chanclas
hasta su silla. Tan pronto como se sentó Gonzalo oyó la voz exasperada de una mujer.
- - ¡Lo jodido que me deja esta puta de la informática!
- - ... Para servirle a usted. Buenos días...
- - ¿Buenos días a mí? ¡Con lo malo que se ha vuelto este día de mierda!
- - Estoy a su servicio para ayudarle.
- - ¡Anda ya que no me sirven de nada esos balbuceos de damisela!
- - ¿Qué puedo hacer por usted?
- - ¿Que qué puede hacer por mí? ¡sacarme de este follón informático! ¡Es más evidente que todo!
No voy a pedir trabajo de fontanero a una asistencia informática.
- - Con mucho gusto resolveré su problema, pero tengo que decirle que para mejorar nuestro servicio,
nuestra conversación va a ser grabada.
- - ¡Anda no me importa un bledo! Lo que quiero es arreglar esta máquina antes de que la destruya a patadas...
- - Le escucho señora ¿Qué le pasa?
- - ¡Menuda porquería esta máquina que se ha tragado todo mi trabajo! Se ha ido mi informe.
- - ¿A dónde se ha ido?
- - ¡Vaya qué gracioso que es usted!¡Lo estúpida que es su pregunta! Si lo sabía no hubiera
llamado a la asistencia informática...
- - Discúlpame, no le he pedido los datos de su contrato con nuestra empresa, nombre de la sociedad,
número del contrato de asistencia...
- - ¡Cómo los mando a la mierda estos datos!
- - ¡Está usted nerviosísima!
- - ¡Está usted de un cómico! Se me ha ido a la mierda el informe que tenía que
entregar al director, soy secretaria. ¿Qué hago?
- - ¿Qué ve en su pantalla?
- - ¡La estupenda pantalla nueva que me ha comprado el director! ¡No funciona!
- - ¿Cómo que no funciona?
- - ¡Con lo ensordecedor del trueno no he entendido nada! ¿Puede repetir?
- - ¿Por qué dice que no funciona? ¿Qué hay en la pantalla?, ¿Ve usted el cursor, la flecha del ratón?
- - Que no veo nada, todo se ha ido con mi trabajo.
- - ¿De qué color es el fondo de pantalla? A lo mejor ha enviado su trabajo a la barra de tareas.
- - ¡Me entiendes pero que muy bien! No estoy en un bar, no hay barra,
estoy en mi despacho y se ha estropeado el ordenador con mi informe dentro.
Hable más fuerte por favor, hay una tormenta terrible y con el ruido de la lluvia en los cristales...
- - ¿De qué color está su pantalla?
- - Blanca con la manzana mordida al lado del botón para encender o apagar.
- - No, no el marco, ¿qué hay en el centro?
- - Nada el centro es todo negro.
- - ¿Puede usted comprobar que los cables están bien conectado detrás de la pantalla?
Un suspiro hondo. Gonzalo oyó el choque del teléfono en el escritorio, el ruido de objetos desplazados,
de una mesa empujada, el choque de dos rodillas en el entarimado, unas palabrotas, otro choque, el de una cabeza
contra un mueble, una letanía de juramentos y al cabo de un rato una furia gritando por el teléfono:
- - No veo nada, esta oficina está tan oscura como el culo de un topo negro. ¡Menudo apagón que ha causado la tormenta!
A Gonzalo, antes de colgar se le escapó:
- - ¡Está en tu mente débil el apagón!
Antón Terías Marzo de 2012
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