tintero





Don quijote a la pluma
pluma y tintero
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La bruja y la caníbal


A Laura, la caníbal
Diosa de la fonología
San Martín de los gruñones


Llaman a la puerta. La madre deja escapar un suspiro y pone su libro boca abajo sobre el velador para guardar el punto de lectura. Se levanta y se dirige hacia la puerta renegando. Al abrir la puerta estalla la tempestad, una alegoría de tempestad, una arpía enfurecida por instintos primarios, que llorando, chillando, maldiciendo, vituperando, blasfemando, atraviesa el pasillo y cierra su habitación de un portazo. Otro suspiro más profundo de la madre. Tercer suspiro de la madre desconcertada y desamparada por el carácter desmesurado, excesivo y exagerado de su hija. Nada de ciclotímico, pero de ciclónico sin duda alguna. Cuarto suspiros: todos suspiros de España:

"Quiso Dios, con su poder
fundir cuatro rayitos de sol
y hacer con ellos una mujer."

¡Es para perder la fe! Cuatro rayitos de sol fundidos en una fiera... Pero una madre es una madre, famoso aforismo de un genio desconocido. De repente se recuerda que como es la madre, así es la chiquilla, pues traga sus últimos suspiros y va a apaciguar las cosas y calmar a su hija. Sobre la cama, el bulto está lloriqueando y se agita con sobresaltos ritmando la indignación que la chica sorbe por la nariz. Conociendo bien a su hija, la madre, prudente, no se atreve a proponerle un pañuelo. El bulto se incorpora, los ojos ahora secos pero llenos de ira fulminando la inconsecuencia y la falta irresponsable de 4 mansedumbre de su genitora.
"Había una bruja loca en la calle 22 no sabe hacer brujería porque ya se le olvidó"
Un psiquiatra diría que era un modo supersticioso y desahuciado de defenderse. De eso puedo hablarte porque a mí también me apodaron estos majaderos, unos necios que nunca lograrán ser sensatos. Dicen que somos el sexo débil porque ellos, estos lastimosos, saben que nosotras somos las que tenemos los cojones, y a menudo, cojones cuadrados. Perdona mi vulgaridad, pero es la mejor manera de expresar el desdén que merecen.