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Mielsobrehojuelas
- - Los hombres son unos panolis, unos pánfilos, unos memos, unos gilipollas que nosotras debemos aguantar. ¿Te has fijado Antonia?
- - Es el pan nuestro de cada día querida. Pedir a un chico que sea inteligente, es pedirle peras al olmo. ¿Quién fue el olmo?
- - El olmo se llama Eduardo. Cuándo me vio, se puso a silbar y me dijo que era canela en rama, y yo detesto la canela. Siempre quiere ligar conmigo.
- - Ni siquiera tienen imaginación al decir un piropo.
- - Tienes toda la razón, se conforman con cumplidos estereotipados de mierda. Ayer un bobalicón me gritó " te espero amor mío, eres mi media naranja"
- - ¿Y le diste calabazas?
- - No, ya que me espera, Le van a dar las uvas. Tomarles el pelo a estos capullos es pan comido.
- - Son todos iguales. Parece que solo se puede encontrar a un chico inteligente a Santo Domingo de Calzada, donde cantó la gallina después de asada.
- - ¿Qué significa eso? ¿Es un dicho para decir que una cosa es imposible?
- - A ver, ¿sabes que en la catedral de Santo Domingo de la Calzada viven una gallina y un gallo blanco a lo largo del año?
- - Eso es el plato fuerte del día, ¿tengo que creerme esta mentira? Una Catedral no es un gallinero.
- - Te lo aseguro, es por lo del milagro. Te lo voy a contar.
- - Me importa un pepino tu milagro, soy atea.
- - No te pongas de mala leche como la criada de la historia. Es una leyenda preciosa. En el siglo XII, un joven pasó la noche en un hostal de San Domingo de la Calzada con sus padres. Una criada tuvo un flechazo y se volvió loca perdida por él. Pero el joven no le hizo caso y la criada, para vengarse, robó dinero y unas joyas que escondió en el equipaje del joven y, para echarle el muerto al joven denunció el robo al corregidor. El joven fue detenido, juzgado y ahorcado. Sus padres fueron a rezar a Santiago de Compostela. El santo les aseguró que su hijo seguía viviendo. Los padres volvieron a ver al Corregidor para decirle eso, pero éste, que estaba a punto de comer una gallina y un gallo asados con sus invitados, dijo que el joven estaba tan vivo como las gallinas del plato. Al instante, la gallina y el gallo se pusieron a cantar.
- - Qué locura ¿por qué me has contado esto?
- - Porque pienso en mi sobrino.
- - ¿En pequeño Juanito que es para comérselo?
- - Sí a mi Juanito.
- - Y que pintan juntos tu sobrino y un gallo?
- - No sé porqué, pero me acordé del refrán estúpido: cuiden a sus gallinas que mi gallo anda suelto.
- - Este refrán es una barbaridad machista.
- - Por eso me vino la idea, Juanito es un encanto de niño no será unos de estos gallos de mierda. El otro día, nos dábamos un paseo en el parque cuando una chica se acercó para jugar con él. Se puso como un tomate. Es tan tímido...
- - Entonces no va a ser un varón que hace kikiriki, sino pió pió. ¡Ojaló no se vuelva mariquita!
- - Eres más machista que los hombres.
- - Perdón, no quería ofenderte, no te enfades,
- - No es eso, es que estoy mal, tengo problemas.
- - Dime lo que te pasa, sabes que a mí me encanta sacarle las castañas del fuego a la gente.
- - Lo de siempre: me falta dinero.
- - No me digas, estoy a dos velas.
- - Un préstamo me vendría como agua de mayo, pero algo gordito.
- - ¿Y por qué necesitas tanto dinero?
- - Se me he caído un novio del cielo, o mejor dicho, de internet.
- - ¡Mira qué bien!, callada.
- - Un chico hermoso, inteligente y con sentido del humor, ¿Qué pedir más?
- - Dinero.
- - Pones el dedo en la llaga.
- - ¿No tiene dinero tu novio?
- - Sí que tiene, pero con los gastos de la boda tendremos que hacer una elección entre nuestro viaje de novios o mi viaje para ir a casarme.
- - ¿Vive tan lejos tu novio?
- - Sí, vive en Nicaragua y el vuelo desde Cádiz cuesta un ojo de la cara, además quiero regalar a mi novio una guitarra del taller algodonales que hace las mejores guitarras del mundo, y a mi suegra un traje de flamenca.
- - Me temo que solo tengas una solución: pedirle un préstamo a Eduardo puesto que trabaja en un banco.
- - ¿Trabaja en un banco? ¡Se ahogaría en un vaso de agua!
- - Así es, tienes que aprovechar el hecho de que le gustas.
- - Vamos, voy a dárselos con queso.
- - Pero, no olvides que vas a hablarle de dinero a un banquero, tienes que poner toda la carne en el asador.
- - ¡Qué asco! Babea cuando me ve y su ojo se ilumina de perversidad, a la edad que tiene casi es pedofilia.
- - Quien no arriesga un huevo, no tiene una gallina.
- - Tienes razón, tengo que coger el toro por los cuernos. Será este bobalicón el hazmerreír de todos después del doble engaño.
- - ¿Qué?
- - Un engaño y una estafa, nunca volverá a verme y nunca le reembolsaré ya que me marcho de España. Quien ríe el último ríe mejor.
- - Será miel sobre hojuelas.
Terías noviembre de 2014
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